La serie Autoretratos se compone de tubos de metacrilato transparente en los que se ha vertido en toda su longitud varias capas de pintura monocroma densa y espesa.
Los tubos están cortados en distintas longitudes.
Dichas longitudes corresponden a diferentes medidas de mi cuerpo. Cuerpo entero, torso, brazo, pierna, cabeza, de la mano a la boca,…
La pintura está tratada como pura materia física, sin voluntad de figurar o de representar nada más que el vertido en sí mismo. La única capa visible frontalmente es la correspondiente al primer vertido, distanciada por el reflejo a través del filtro del metacrilato, y que oculta a su vez las capas posteriores. Estos otros vertidos solamente son perceptibles al mirar lateralmente o en el interior del tubo.
Los Autoretratos no poseen un punto focal fijo, invitando al espectador a aprehenderlos con su desplazamiento a través del espacio.
Su espacio pictórico es curvo y non euclidiano, como en una representación mental del tiempo pictórico.
septiembre 2009